Es así, el padre lleva a la hija a denunciar a la madre. El día que la madre debe declarar avisa a los fotógrafos , en ese caso Gustavo González, para que saquen la foto de la madre saliendo de la comisaría esposada. Para su sorpresa sale libre, no pueden hacer las fotos y además acaban actuando de oficio contra la hija por maltrato continuado durante tres años.