Más allá de posiciones, votos, y teorías conspiranoicas, lo que hizo anoche Chanel es de alabar por múltiples razones.
Por haber creado una performance que ya ha trascendido a la propia canción, nada sencillo, todos estos meses les han servido para ir añadiendo pequeñas mejoras que han potenciado la puesta en escena (ya bastante certera en el Benifest), cada novedad que han introducido siempre ha sumado. En unos años creo que esta presentación permanecerá en el imaginario colectivo de la historia de Eurovisión, por lo pronto ha sido LA ACTUACIÓN de la edición de este año.
Y sobre todo por haber(nos) devuelto la ilusión como país, y quitarnos complejos acumulados durante años, es la prueba de que con trabajo, tesón, buenas ideas y compromiso, se puede llegar muy lejos y convencer a Europa (fuera parecen estar tan encantados como nosotr@s).
Como decían en la madre, todo el hate que recibió tras ganar el Benifest lo utilizó para currarse (aún) más todo el certamen y callar las bocas de quienes dudaron de ella.
Su premio no es (únicamente) ese bronce que sabe a oro, sino dejar sin argumentos a todos l@s que la pusieron en tela de juicio.