Bueno, es una cuestión complicada porque aunque se celebrase en España el anfitrión seguiría siendo Ucrania -así que temática, presentadores, postales e interludios pasarían por una negociación entre la UA (tv Ucraniana), la UER, RTVE y otras cadenas que estuviesen implicadas.
Sería interesante que se optase por una colaboración de los países del Big5, dando a entender que ser Big5 no sólo supone una mayor contribución financiera y el privilegio de la clasificación directa, sino que tabién implica responsabilidades y un cierto liderazgo.
Por lo pronto parece descartado un festival en Ucrania -la ley marcial se ha extendido hasta Agosto. La semana pasada, después de la primera reunión de la UER con la UA hubo un rumor muy fuerte de que iba a ser Glasgow, pero la BBC no parece tan vocal sobre esta cuestión como cabría esperar.
Otra opción es que se usara el festival estratégicamente para recuperar audiencias perdidas, visto lo que ha ocurrido en Italia, donde por fin la audiencia se ha subido al carro del ESC; o para aprovechar el tirón en países donde Eurovisión se ha afianzado como producto televisivo. Los mayores saltos de audiencia este año los han dado Reino Unido, España e Italia, y Martin Ostendahl ha posteado hoy sobre la BBC. Esto sí podría ser un indicador de hacia dónde van los tiros en 2023:
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