^ bueno, eso de que se lo toman más en serio... La relación de Italia con Eurovisión daría para una tesis.
Hay que pensar que Italia se tiró prácticamente 15 años sin participar en Eurovisión (desde el 98 hasta 2011 si no me equivoco), básicamente porque el festival apenas tenía seguimiento en el país. Yo, cuando vivía en Italia (2005-2007), le preguntaba a la gente por Eurovisión y les sonaba a chino. De hecho, les ponía vídeos de cantantes tipo Gigliola Cinquetti, Romina y Albano o Anna Oxa en el festival y desconocían (y flipaban) que hubieran participado en un evento así. Se dice, se cuenta que una de las grandes impulsoras del retorno de Italia al festival fue precisamente Raffaella Carrà a raíz de la preselección española de 2008 (la del Chiquilicuatre vs. La Casa Azul vs. Coral) que ella presentó. Allí vio la magnitud del evento y fue cuando empezó a mover sus contactos en la RAI para que Italia volviera a participar. De hecho, durante aquellos años la Carrà invitó a sus programas italianos a varios cantantes que habían participado en Eurovisión (Dima Bilan, por ejemplo). La puntilla para propiciar el retorno habría sido cuando Alemania (un país del por entonces BIG4) ganó el festival en 2010.
Y claro, hay que pensar que entre el ostracismo de Eurovisión en Italia en los 90 (década en la que no participó durante varios años) y la no participación durante la primera década de este siglo, el festival ha sido un gran desconocido para al menos dos generaciones de italianos. De ahí que en Italia por lo general la gente no tenga la visión del festival como algo casposo, simplemente porque era algo que desconocían y cuando han empezado a verlo en 2011 ha sido en pleno apogeo y totalmente reconvertido como espectáculo musical acorde a los tiempos que corren.
También hay que tener en cuenta la visión que puedan tener los cantantes y grupos italianos sobre Eurovisión, y es aquí precisamente donde quería llegar. Sanremo es básicamente una plataforma de promoción para la música pop italiana. El simple hecho de pasar la criba y participar ya es un logro (de ahí que Ana Mena esté tan contenta) porque ello te asegura una cuota de promoción en televisiones y medios en general que difícilmente se podría tener de otra manera. Si a eso le añades que, al igual que entre la población general, entre los cantantes italianos Eurovision era hasta hace poco también algo desconocido, eso hace que el festival no tenga la connotación negativa (e incluso la imagen de finiquitadora de carreras) que tiene entre los cantantes y grupos españoles. Hasta ahora para un ganador de Sanremo el ir a Eurovisión no ha supuesto ningún riesgo, sino más bien un añadido sin mayores consecuencias más allá de algo de promoción internacional. De ahí que hayan ido auténticas figuras del panorama musical actual italiano. También ha ayudado el hecho de que el palmarés italiano desde el retorno de la RAI a Eurovisión ha sido prácticamente impecable, lo que se debe en gran parte al haber vinculado el festival de Sanremo como preselección nacional, modelo que TVE pretende copiar (espero que a la larga con éxito) con lo del Benidorm Fest.