Quizá por deformación (ex)profesional suelo exigir que los textos que tratan de cosas musicales entren en aspectos técnicos, aunque solo sea la puntita. De lo contrario se quedan en epifenomenología de la cultura popular, cosa que está muy bien¹ pero eso, se queda cojo. Pagaría por un texto a cuatro manos entre Juan Sanguino y Jaime Cristóbal.
¹ No, en realidad creo que el chicle de la misión de revindicar la cultura popular, la pobre, que siempre está arrinconada, está bastante gastado.