A ver, en los slashers la suspensión de la incredulidad se da por hecho. No sólo el hospital vacío, que canta bastante, sino la altura y hechuras de Ghostface vs. las de lxs asesinxs (esto pasa en toda la saga, dime tú Emma Roberts que mide 1,57), que en una escena Tara no pueda ni mover su silla de ruedas y 20 minutos después esté escondiéndose por la casa parriba y pabajo, el tiro que le pegan a Gale que ella ni se inmuta y sigue tan pichí, que maten a la sheriff en el porche principal de su casa y no pase un alma, etc. etc.
¿Nos importa todo esto? No nos importa.
Sí coincido un poco en que esperaba algo más de los asesinatos, algunos son muy sosos. El de Dylan Minnette, sin embargo: