Bueno, ser observado es intrínseco a la exposición pública, pero yo diría que lo que te define como artista es la voluntad de expresar tu mensaje. Ahora ya que la gente pague 10 (o 200) euros más para verte de cerca, charlar del tiempo y oír tu voz sin micro me parece pues eso, poner OTRA lupa encima a la que no sé si hace falta someterse voluntariamente. A mí me parece un fetichismo válido y perfectamente consensuado, pero un poquito innecesario.