El otro día a mi NOVIO no lo dejaron entrar en un club hetero básico de BCN (sala Bikini, para más señas) por no ir vestido como un vicecerso. Ya sé que es la normalidad cotidiana incuestionable de muchísima gente, pero hablando de burbujas, efectivamente, en cuanto nos salimos de las nuestras estalla la cruda realidad de la chusma generalizada.