Laboralmente aceptable, familiarmente también, este año he hecho viajes muy guays, he disfrutado de los amigos (diría que quizás alguna baja y menos altas, pero bueno), he vuelto al Sónar y he constatado que mi NOVIO es una persona maravillosa, como ya sabía que era por otra parte.
Por otro lado, el covid de verano me dio fuerte y me dejó físicamente tocado más tiempo del que pensé y, sobre todo, nos dio el toque de alarma ingresando a mi madre, que tiene 80 años y es el primer susto serio que nos da. Mi padre empieza a tener achaques un poquito más upgraded también y en fin, pues este año ha sido el de darse cuenta de que es lo que toca a partir de ahora y que no van a estar ahí siempre, cosa que se sabe pero cuando se vive tiene otro sabor.