Y un año más, fines de semana dedicados a coger aceitunas.
Tengo relación amor-odio con eso. Por un lado, el trabajo físico, al que no estoy acostumbrado, el cansancio, las condiciones meteorológicas (aunque esta vez están siendo perfectas), la sensación de estar sucio muchos días, etc
Por otro lado, sirve para desconectar del día a día, no te da tiempo a pensar en tu curro normal, el propio aceite, que viene muy bien, y, lo mejor, la interacción social con la familia, ya que nosotros nos juntamos primos, tios, hermanos para coger las de todos, no hacemos diferencia, así nos ayudamos entre todos y es más rápido.