Ha sido que estaba cogiendo una moneda, no sabía cuál, que he notado que la bolsa estaba rota pero mucho. Entonces la he agarrado, la moneda, y sacado la mano velozmente para a continuación lavarme las manos mucho tiempo y muy fuerte.
La moneda era la de veinte céntimos. La de dos sigue ahí y por mis huevos que ahí se queda ya.