En mi sala (Renoir Plaza de España, llena de abuelitas) hubo risas en varios momentos. No es una comedia pero tiene un par de momentos cómicos.
Puede que sea la película más Bergman de Almodóvar. Me gusta mucho cómo los personajes se pasan toda la película explicándose a sí mismos, su presente y su pasado; no hay, en realidad, apenas acción más que ésa, y había un peligro real de que eso terminara por convertir la cinta en un plomazo, pero no, porque consigue conjugar muy bien la escenografía, la fotografía, la música, y a dos actrices soberbias completamente entregadas que se nota que admiran la filmografía de Pedro, porque han captado su lenguaje a la perfección sin caer en la exageración (otro peligro real que enfrentaba este proyecto).
Curiosamente Vicky - perdón, Victoria - Luengo, la única actriz española del reparto, está horrible, no sé si por el cambio de idioma o tal vez porque la suya sea la escena más dramática de toda su carrera y le falten tablas.
Al margen de ése y algún otro patinazo, tengo claro que ésta cae en el saco de las buenas de Almodóvar.