Esa conversación me ha recordado una en un vestuario hace años.
Paco (uno tan bruto como buena persona): El otro día, yo y Revilla…
Jose (uno muy cabroncete, le interrumpe): Paco, será Revilla y yo
Paco (cabreado): Tu que cojones sabrás si no estabas, éramos yo y Revilla.
El descojono en el vestuario fue bestial.