Hola.
Me parece muy fuerte que por contar un día una confesión un poco guarra, os penséis que soy así. Jijiji.
Pero bueno, si que tengo una en la que hay vómitos pero no caca.
Situémonos, verano 2010. Estas en la discoteca, dándolo todo con tus amigos. Notas que alguien se te acerca, le miras y reconoces a un amigo de la infancia. La discoteca es de ambiente por eso te sorprende encontrarte a esa persona allí. Comenzáis a hablar y te das cuenta de que los años le han sentado muy bien, que está cachondísimo. Empezáis a bailar y te pide ir a los baños. Aceptas. Están ocupados, esperáis unos segundos hasta que uno queda libre. Entráis y comenzáis a besaros. Te pide que le hagas una felación. Te agachas y empiezas a chupársela. Te agarra la cabeza y empieza a meterla y a sacarla. Te esta follando la boca super fuerte. Tu quieres parar pero te tiene agarrado y sigue. No puedes más. Te la mete tan adentro que las ganas de vomitar son incontrolables. Te deshaces de él con un gesto violento y comienzas a vomitar. Tiñes tu camiseta con los colores de la cena que te has tomado unas horas antes en el Mc Donalds. Pero aquí no acaba todo, cuando las últimas arcadas retumban en tu garganta notas como un fluido caliente se derrama sobre tu cabeza. El chico se ha corrido. No puedes más, estás tan enfadado que abandonas el baño y atraviesas la discoteca entre miradas de estupor y asco. La discoteca está al lado de la playa, no te lo piensas dos veces y te metes en el agua. Notas el sabor a sal, pero dudas si es del agua del mar o de las lagrimas que se derraman por tus mejillas.