A mí en la ducha me pasó que el grifo era monomando y le di con el muslo sin querer, con lo que a mi partenaire le cayó todo un chorro de agua fría encima, el muchacho reculó para esquivar aquello, tropezó y se quedó con las piernecitas para arriba asomando por el borde de la bañera y el cuerpo fuera (dió un chocazo con la pared para haberse matado), de paso arrancó la cortina de la ducha. Ni corto ni perezoso se levantó, con todo igual de tieso, se puso la cortina a modo de toga y dijo: Ahora sí que soy el César (ése precisamente era su nombre).
Mientras sucedía todo eso creo que sólo pude pestañear un par de veces.