Yo soy muy de la opinión de elano en eso de que lo último perpetrado por Alaska&Co cuenta más por lo que calla, en las "lagunas" y omisiones que en lo que enseñan, (como un narcisista de manual)
A lo que vamos, que aunque parezcan controlar los tiempos, las apariciones y sus relatos, uno no puede escapar de su sombra. Siempre se nos escurre algo de nosotros aunque soltemos una fantasía tipo Tolkien. Aquí la doña (gracias a ese manager que olfateó que el futuro pasaba por el mercado de la atención para seguir en el candelero aunque cantes un ñordo...) tampoco puede escapar de sí misma.
Mario lo ha contado alguna que otra vez. Para él Alaska fue su primera novia y si bien él tiene unos planteamientos conservadores, le han servido muy bien para construir una relación muy estable. Para cuando lo conoció Alaska había pasado ya varios descalabros, (Las Costus acogieron a Olvi cuando Edu Benavente y Ana Curra se juntaron. Pito, otra calamidad) una infinidad de amores platónicos (Benavente, ¿Nacho Canuto, really?, Loquillo - aunque no menciona como tal en la serie - Miqui " somos amigos, vamos a raves" Puig - que creo se menciona indirectamente en el último episodio - ) saltos lésbicos de cama y su relación con Pedro (ése que también se cepilló La Etxebarria) estaba en liquidación por derribo: Pedro tenía escarceos con las grupis a escondidas y ella hacía lo respectivo con Antonio Escohotado entre expedición y expedición intronauta.Vamos, ella era la estabilidad sentimental personificada. Y yo me siento identificadísima con ella por una puta vez en la vida. #cabralocateam
Cuando se casaron en Las Vegas, aún no había dado matarile a Pedro y Mario se tuvo que plantar para que Olvido cerrara esa historia.
Si algún día dejemos de oír el ruido de fondo de estos dos y sus corifeos quizás podamos contar una historia un poco más humana. De momento, esto es lo que hay.