Entiendo el revuelo que se ha formado por lo del pilón en la primera cita. Pero gracias a las explicaciones, creo que todos podemos suspirar aliviados. Sería algo así como sin complicidad, sin mirar a la cara antes ni después, sólo durante. Y al terminar, no mediar palabra, limpiarse con un pañuelo de papel y retocarse los labios. O pedir un vodka en la barra, mirada siempre indiferente.