El argumento de la peli es un dramón total. El día de su 25 aniversario de bodas, el marido (Fernando Guillén, un rico terrateniente andaluz) la abandona, se entera de que su hija (Ingrid Rubio) está embarazada de un desconocido y su hijo (Eduardo Noriega) muere en un accidente tras contarle a su madre que es gay. Ella se refugia en los brazos de un camarero más joven (difícil de olvidar la escena de sexo de Concha Velasco y Manuel Bandera en un descapotable al atardecer en un lugar abandonado), pero se da cuenta de que esa relación no le llena y se va a África de voluntaria.