Yo en un bingo he estado sólo un par de veces por hacer la gracia, pero me da tanto pánico volverme adicto que llevo un tope de 10 euros como máximo a gastar, por lo que compro sólo una vez cada 3 turnos. Te puedes imaginar como me miran los repartidores, cuando allí la gente se gasta en cada tirada 20 euros. Luego allí alucinas con las viejas, que para lo que quieren son unas ancianitas pero las ves que juegan cada partida con 4 y 5 cartones a la vez. Yo juego con uno y vamos, se me sale el corazón del pecho cada vez que dicen un número no sea que se me pase.
Luego allí en plan anécdota una de las veces oíamos que una señora que teníamos detrás nuestros cantaba bingo y línea a cada rato, además con una voz super monocorde, sin emoción alguna. Al final me di la vuelta a ver quién coño era la que cantaba tanto y sorpresa, es la trabajadora de la limpieza de mi despacho, una abuela filipina.