Por cierto, de todos los discos que me he comprado de Madonna nada más salir, el único del que me acuerdo, aparte del Hard Candy, que vivía en Berlín y fui en bici a por él y el Third de Portishead porque salían el mismo día, es el Ray of Light.
Qué flipada abrir el libreto, llegar a casa y ponérmelo. Me encantó desde el segundo cero y hasta hoy. Nunca lo he puesto en duda, ni cuestionado. Me parece maravilloso.