Reseña "novelesca" aparecida en el suplemento Metrópoli de El Mundo:
EL CONTRAATAQUE
CHUSCO DE LA RElNA
MADONNA
MDNA
INTERSCOPE/UNIVERSAL ***
Acosado por las tribus bárbaras, el imperio
pop de Madonna lleva años bajo amenaza. A
la reina le han crecido las enanas y cada vez
son más las usurpadoras que cruzan el Danubio
para quemar tierra, asolar villas y llevarse el botÃn. Al este,
Lady Gaga ha convencido a un fuerte ejército de fans para marchar
contra el trono. Al norte, las divas del R&B, con Rihanna
como adalid, han hallado oro en las minas del trance y el house y
han reclamado derechos de realeza sobre las pistas de baile. Al
oeste, pequeñas aldeas -como Britney Spears- se resisten a ser
conquistadas, y a cada dÃa que pasa la reina duerme intranquila y
se siente más débil. MDNA, por eso, no es un disco en realidad: es
un contraataque, su manera de decir que va a pelear por lo suyo.
No mucho tiempo ha, Madonna marcaba el terreno, pero el
avance de las rivales le obliga a reaccionar a la contra: si los peligros
son el polÃgono y el drama queer, ella ha grabado canciones
que aspiran a ser más chonis, más urban y más gays que las de todas
sus rivales juntas. Madonna es consciente de que hoy no eres
nadie si no suenas en una clase de spinning, y desde Girl Gone
Wild el tono y el tempo del álbum queda marcado: hi-nrg de gimnasio,
house para discotecas poco exigentes, powersongs para sonar
en tiendas de ropa, servidas por productores de gatillo fácil
-Benny Benassi, Martin Solveig- y su guardia pretoriana, o sea,
William Orbit, que vuelve a arroparle en su momento más crÃtico
sin miedo a bajar al infierno del dance chusco y sangriento -Gang
Bang podrÃa ser perfectamente un tema de The Horrorist o Skrillex,
ni siquiera le falta el puente dubstep, y justifica el titulo mascachapas
del álbum-. MDNA es un cierre de filas en toda regla, con
aliadas útiles como M.I.A. y Nicki Minaj que guardan la retaguardia;
Minaj, de hecho, proclama, antes de que suene una fanfarria militar
al final de I Don't Give A, que «sólo hay una reina y se llama Madonna
». MDNA no es un nuevo Femme Fatale (Britney) -los hits no
son tan redondos-, ni tampoco la versión acelerada de Erotica, pero
tampoco la vulgaridad histérica de BornThis Way. Su victoria es pÃrrica,
pero al menos Madonna ha ganado esta batalla. Pero la guerra
no ha concluido. A Lady Gaga le toca mover ficha. JAVIER BLANQUEZ