Después de publicar varios EPs durante el 2010 y haber copado las listas de mejores EPs del año, llega en 2011 su primer álbum. James Blake tiene una voz maravillosa, potente, sentimental, dulce, de las que se clavan en tu mente y te hacen sentir, sentir y sentir muchas cosas.
Su voz podría llenar un CD, con solo algún instrumento de fondo, pero no, él se lanza a otros derroteros, va de modernito, innovador y original. De hecho suena tan moderno que puede que muchos no puedan llegar a conocer su voz y su música. Pero efectivamente no creo que busque ser una artista mainstream, su rollo es alternativo…
Sin embargo hay temas en su nuevo CD que nos dejan apreciar en total plenitud toda su magia y me refiero a esas canciones más “normales” como la ya citada en mi blog “Limit to your love”, “Give me my month”, “Measurements” o “To care like you”. Al afirmar que estas canciones nos dejan descubrir la magia de su voz no pretendo decir que estas canciones sean mejores que el resto, sino más “comerciales”, y que podrían llegar a más gente, a todo el público.
El resto de canciones se llena de ruiditos, soniditos, efectos (como Mount Kimbie por ejemplo) y vocoder, autone a tope usado para entrecortar su música “Unluck”, para destruir, para destrozar melodías “Wilhems Scream” y belleza convirtiendo lo clásico en moderno “I mind”, pasando de los cánones y reventando el conjunto en electicas piezas complejas por su variedad, pero minimalistas si pensamos en cada uno de los temas por separado “Lindesfarne I y II”.
“I never learnt to share” ya se apunta como mejor canción del 2011 en muchos foros de música y críticas musicales. Desde luego no deja indiferente su sonido y su arrastrada forma de cantarla.
Desde los logros de Radiohead no escuchaba algo con tanta ambición por innovar, por ser diferente, y al mismo tiempo siendo bueno, tan bueno.