Desde la Certosa de San Martino y el castillo de Sant Elmo, las vistas del golfo y de las islas son una gozada, pero además la visita a los dos edificios vale mucho la pena (y es una excusa muy buena para coger el funicular de Montesanto).
Otra visita necesaria es el museo arqueológico, que tener en la misma sala el Hércules Farnesio y el Toro Farnesio es mucho. Y ya que uno va a visitar las Siete Obras de Misericordia de Caravaggio en la iglesia del Monte de PIedad, es muy recomendable visitar el propio palacio.
A la puesta de sol, sprtiz o prosecco en la terraza del hotel Trasatlántico, en el Borgo Marinari, con la silueta del Vesubio tras el puerto deportivo...