Eso me recuerda a que una vez me deshice de un chico que me daba la brasa de un modo un poco cruel. No me interesaba para nada y no hacía más que dar el coñazo, a pesar de mis indirectas y no-tan-indirectas de que se largase ( de hecho hasta usé mi alter ego para esas situaciones ). Como me conozco perfectamente los horarios de la discoteca en la que estaba, sabía que de 5:45-6:30 las puertas están cerradas, aunque esté abierta por dentro. O sea , si sales no vuelves a entrar. Así que lo que hice fue decirle que si me acompañaba a echar un pitillo fuera, hice que él pasara primero, y me quedé dentro. El portero cerró la puerta y el otro le imploraba volver a entrar mientras me preguntaba si lo conocía y yo "No, no sé quién es".