Acabo de ver el primer capítulo de Merlí y he odiado al protagonista. Es el clásico personaje diseñado para que digas “oh qué rompedor, oh qué briboncete imprevisible a la par que carismático y adorable”, pero me ha resultado insufrible :mask: y ya las maneras de ligarse a la profesora joven y guapa, una cosa lamentable. Por suerte su hijo es un quesito y hay buena genética entre el alumnado de ese instituto, así que le daré una oportunidad al segundo capítulo, pero agradecería una clean version “Merlí sense Merlí”.