En mi casa la Navidad es moe bonita, pero moe humilde. Nada de mariscadas ni corderos carísimos. Se asa una pata de cerdo con ajitos, se arrugan unas papas, unos huevos rellenos, unos buñuelos de bacalao a lo sumo... Cosas así. Y nos juntamos casi todos: tíos, primas, abuelos, familia del marido de mi tía incluída. Después de cenar sacamos el Sing Star, me emborracho con mi tío y canto alguna de Mecano a dúo con mi hermana.