Quien crea que ‘Speak Your Mind’ podría ser un ejercicio de oportunismo a rebufo del exitazo –nada predecible a priori– de Dua Lipa, yerra. Anne-Marie no es una recién llegada precisamente, aunque su nombre haya subido de división el año pasado: en 2012 trabajaba en directo con el supergrupo dubstep Magnetic Man, antes de cantar algún que otro single de Gorgon City y formar parte –su espaldarazo definitivo– de la cohorte de vocalistas de Rudimental, en cuyo ‘We The Generation’ interpretaba hasta 3 temas, incluido el fantástico ‘Rumour Mill’. Para entonces ya trabajaba en sus primeros temas en solitario –su EP debut, ‘Karate’, se publicaba en 2015–, logrando su primer hit, ‘Alarm’ en 2016. Pero poco después llegaría su eclosión definitiva, con el megahit de Clean Bandit ‘Rockabye’, encadenaría una serie de éxitos –sobre todo en los mercados británico y australiano– como ‘Ciao Adios’ y ‘FRIENDS’, producido por Marshmello que han marcado el timing adecuado para la publicación de su debut en solitario.
Por otra parte, Anne-Marie ni siquiera se parece mucho a Lipa, porque la Nicholson se mueve –sobre todo vocalmente– en un estilo de influencia jamaicana, post-Rihanna y post-Diplo, más próxima a MØ o Elliphant. ‘Speak Your Mind’ sin duda le sirve para marcar ese territorio, incluso aunque el resultado global sea algo disperso. Debido, primero, a la tirando a absurda nómina de co-autores y co-productores en la sombra (Ed Sheeran, Fred Falke, MNEK, DJ White Shadow, Ina Wroldsen y Steve Mac –el más empleado– están entre los más conocidos) que hace que no repita equipo en una sola de las 12 canciones de la edición normal (en la prescindible –salvo por ‘Rockabye’– edición deluxe sí hay alguna coincidencia); y segundo, a la tendencia a lo melifluo, a lo blandengue de algunas de estas canciones, más por culpa de una producción demasiado rea de la radiofórmula que por las composiciones.
Pero es difícil hacer un disco malo con canciones pop tan atractivas como las citadas en el párrafo anterior que aquí se incluyen junto a alguna nueva que engancha tanto como ellas. Hablo de la majorlazeresca ‘Trigger’, el medio tiempo jazzy ‘Perfect’, la magnética ‘Bad Girlfriend’ o la bonita ‘Heavy’. El resto va de lo resultón –‘Machine’, ‘Then’– a lo inocuo –‘Cry’, ‘Can I Get Your Number’–, con mención especial –para mal– al tema co-escrito por Sheeran, ‘2002’. Y eso que la letra tiene gracia: Anne-Marie evoca el verano de su primer beso, con 11 años, recordando las canciones que sonaban en la época de Britney Spears, ‘NSYNC o Jay-Z: “Ooops, I got 99 problems singing bye bye bye / Hold up, if you wanna go and take a ride with me / Better hit me, baby, one more time, uh”. Todo bien… si no fuera porque ’99 Problems’ se lanzó en 2003.
El caso es que, aparte de su considerable solvencia vocal –no es una cantante muy singular, pero sí lo bastante reconocible–, el estilo lírico es una de las bazas a favor de Anne-Marie Nicholson. Además de que no sufre por incluir alguna que otra palabrota por aquí y por allá, precisamente por el hecho de que es una cantante pop de éxito, es importante que una chica joven en la que muchas otras pueden encontrar un modelo de conducta cante, además de sobre desamor, sobre que restar importancia al físico (“I’m not a supermodel from a magazine / I’m okay with not being perfect / ‘Cause that’s perfect to me” –‘Perfect’–), sobre el #noesno (“Don’t mess it up, talking that shit / Only gonna push me away, that’s it! / Have you got no shame? You looking insane” –‘FRIENDS’–) o sobre las mujeres tomando la iniciativa en el amor y el sexo, en lugar de actuar como corderitas sumisas (“Don’t take it slow, come give me what I want / And all I want to is to get you all alone” –‘Can I Get Your Number’–).
Aunque en cómputo general ‘Speak Your Mind’ es demasiado blando y conformista, reúne un considerable número de canciones disfrutables (y disfrutonas) como para despreciarlo sin más, y muestra que Anne-Marie tiene más carácter y personalidad de la que se le suponía, como una gris vocalista para productores. Quizá en el futuro una dirección artística más valiente o más desatada –eso depende de hacia dónde quiera dirigirse– la ayude a hacer un álbum aún mejor.