Quizá suene a lugar común lo de “qué injusto y reduccionista ha quedado el recuerdo histórico del Britpop, ahora parece que sólo había grupos de tíos”. Puede que las revisiones que se hacen dos décadas después no estén tan mal, al menos en los medios mejor informados. Pero todavía siguen saliendo selecciones como ésta de hace algunas semanas en las que el panorama (de nabos) es de lo más previsible y aburridísimo.
Momento de recordar, pues, que una de las grandes y más refrescantes características de aquel movimiento fue, precisamente, la aparición de grupos mixtos, multirraciales y femeninos 100%. Y que muchos de ellos fueron excelentes: además de las conocidas Elastica estaban Sleeper, Echobelly, Powder, Kenickie, Dubstar o las que lograron más éxito durante más tiempo: Lush. Una banda que venía en realidad del shoegaze, estilo que predominaba en su debut de 1989 (fue impactante conocerlas al año siguiente con ‘Sweetness and Light’), pero que supo evolucionar hacia el sonido Britpop con gran naturalidad y canciones redondas. Su último disco, ‘Lovelife’ (1996), es quizá su momento pop más perfecto, aunque las presiones del sello 4AD para que lograsen triunfar en América se estaban volviendo insoportables para la banda.
El single de adelanto de ‘Lovelife’ fue la maravillosa ‘Single Girl’, que sigue siendo una de las 10 o 15 mejores piezas de pop de guitarras de la historia del Britpop: compuesta no por la cantante principal -Miki Berenyi- sino por Emma Anderson, sus dos guitarras se entrelazan en un magistral baile de potentes acordes 90s e inteligentes riffs y arpegios, baile que se refleja también en voces en armonía entre las dos, subrayando la brillantez de la melodía.
La letra, además, tiene “plot twist”: comienza cantando “soltera, no quiero ser una chica soltera, ¿quién querría ser una chica soltera?” para acabar cambiando totalmente esa idea preconcebida: “cuando me abandonaste me llovió del cielo / No quiero limpiar tu basura otra vez esta noche / No quiero peleas / Y esta noche puedo hacer lo que quiera otra vez, con quien elija, está bien / Chica soltera, quiero ser una chica soltera.” Escuchémoslo viendo su vídeo totalmente post-cuatro-bodas-y-un-funeral:
No sería la única proclama feminista del sensacional ‘Lovelife’: ‘Ladykillers’ es otra pieza de guitarras mordientes, melodía irresistible y letra combativa. Por desgracia, sería su último álbum. El suicidio de su batería Chris Acland acabaría de desmoronar una estructura ya muy dañada por las tensiones y Emma y Miki decidieron cerrar capítulo. Anderson seguiría unos años en el muy interesante proyecto Sing-Sing, pero Miki estuvo básicamente retirada durante casi dos décadas. Por eso fue tan especial el breve y precioso reencuentro de hace un par de años con el EP ‘Blind Spot’, que recuperaba su lado más shoegaze, pero de momento no ha habido continuación, ni parece que la vaya a haber. Siempre nos quedará la cuenta de Twitter de Miki, en la que con regularidad sube fotos de su carrera en los 90 y comenta anécdotas de aquellos años.
‘Single Girl’ sonó en Popcasting #291 de Jaime Cristóbal, disponible en este enlace.