Sí, pero no

Si en otra ocasión analizábamos qué cosas llevaremos esta temporada primavera/verano como última vez en nuestra vida, ahora vamos a hacer un repaso a esas prendas que todos los años nos regalan las pasarelas y que jamás nos pondremos. Son piezas y looks muy bonitos, sexys, modernos e interesantes, tanto que aplicados a la realidad de la gente que va tan normal por la calle quedan extremadamente ridículos. Tampoco hace falta ir vestido del payaso de Micolor; simplemente, estas prendas no son aplicables a la vida real o, simplemente, a la climatología española. De momento, nos ponemos con verano; de aquí a seis meses, nos reímos de lo que pretenden que nos pongamos en invierno.

1. El short. Llevan siglos intentando sacar a los shorts de las piscinas y los gimnasios y qué, ¿qué consiguen? Que sólo cuatro personas con las piernas muy largas y bien torneadas se atrevan a ponérselo para ir a trabajar o para salir. También hay algún valiente -alguna, puntualizo- que tomando la filosofía de «ande yo caliente…» se calza sus shorts con sus patorras de futbolista y hala, a quien no le guste que no mire. Pues no; una vez más, las pasarelas pretenden que nos pongamos los shorts, pero es que no hay manera de llevarlos sin parecer a) una pilingui b) un deportista que se ha escapado del gimnasio c) tonto/a.

2. La falda de hombre. Sólo Sean Connery y algún friki más se puede poner una falda e ir tan pancho por la vida. Vivienne Westwood propone faldas para hombre desde tiempo inmemorial (ésta de la imagen es de ella), John Galliano se las pone, Matthew Williamson también, Francis Montesinos disfrazó a Miguel Bosé con una en los ’80… Y ya está. Las grandes cadenas han renunciado a vender faldas masculinas y como mucho sacan algún pareíto en verano y listos. Me parece una cosa anecdótica que -espero- nunca bajará de las pasarelas.
3. Las transparencias. Otro clásico. Desde hace décadas los diseñadores cuajan sus desfiles de transparencias, tanto para verano como para invierno. La realidad es que por la calle nadie lleva los pechos al aire sin sujetador, y cuando esto pasa en alguna discoteca o evento festivo, suele ser el hazmerreír y la comidilla toda la noche. También ha quedado bastante claro que el sujetador opaco transparentándose por la camisa es bastante hortera, así que la solución la encontramos en poner una camiseta de tirantes debajo de los tules y velos. Yo creo que así queda curioso.
4. El trikini. Mi gran lucha. Es muy bonito, puede quedar fenomenal, eres la más elegante de todo Benidorm… Pero mira qué marcas te deja en el cuerpo al tomar el sol. Además, da la impresión de que se te va a salir una teta en medio de ese partido de voley playa tan crucial. No, el trikini no es viable. Es una prenda preciosa y muy favorecedora, pero no tiene utilidad de ningún tipo. Una pena, sinceramente. Bueno, siempre nos quedarán las piscinas cubiertas.
5. La falda de tubo. Una de las faldas que más me gustan del mundo y la más incómoda con diferencia, llegando al paroxismo si ya la combinas con tacones. Es imposible dar un paso en condiciones sin parecer un pingüino. Yo he visto en las pasarelas a alguna modelo viviendo momentos realmente asquerosos gracias a una falda de tubo, trágicos si la falda llega mucho más abajo de la pantorrilla. Son preciosas y marcan lo mejor de la mujer cuando quedan bien, pero son incómodas hasta decir basta.

6. El abrigo de verano. Puede que en Gran Bretaña o Dinamarca se puedan poner abrigos en junio (incluso en agosto), pero en la mayor parte de España a partir de mayo vamos en tirantes. El abrigo de verano suele ser algo muy elegante y que queda fenomenal, pero en este país tan seco y tirando a caluroso no es posible, y menos en lugares como Madrid donde el entretiempo brilla por su ausencia. Lo mismo pasa con las chaquetas de piel, muy abundantes en las colecciones de primavera/verano y que sólo te las puedes poner si te vas a hacer una marcha a los Pirineos.

7. Sandalias con calcetines. Los estilistas de todo el mundo los cuelan en los editoriales como una cosa súper moderna y súper alternativa, y hasta Karl Lagerfeld lo ha reinterpretado en su nueva colección con un calcetín falso de piel. Pues mira, yo qué quieres que te diga; cuando veo unas sandalias con calcetines pienso en los guiris paseando por la Puerta del Sol, llueva o truene o haga cuarenta grados a la sombra. Ni aunque me lo diga Karl. No veo nada claros los calcetines con sandalias.

8. Botas en verano. Lo mismo que con el abrigo. Sienna Miller se pone unas camperas o unas katiuskas en pleno verano porque vive en Londres, pero en Barcelona te pones unas botas de piel en verano con esa humedad y ese calor y te cueces vivo. Quedan muy chulas con los shorts -ejem- pero en la vida real no se pueden llevar porque puedes morir de calor al tercer pasito que des. Si te pones las botas de verano con la falda de tubo, es un suicidio perfecto: si no te mata el cocimiento, te caes de morros y te matas.
9. Pantalón corto con chaqueta. Muchos diseñadores se lo ofrecen a los hombres para este verano. A ver, ¿qué veis en esta imagen? A un pardillo. Pues sí, esto es lo que se parece cuando se pone uno un bañador o un pantalón muy cortito con una pedazo de chaqueta cruzada. Otro look de pasarela no aplicable a la vida diaria ni en broma.
10. Cosas raras para los hombres. El hombre español -y casi mundial- es muy clásico vistiendo, comparado con la mujer, de ahí que todos los intentos de innovar en la moda masculina se queden en el desfile. Las grandes tiendas venden lo de siempre: vaqueros, pantalones de pinzas, camisetas, camisas, chaquetas, polos. Y poco más. Raf Simons, a quien pertenece el diseño de la foto, es un genio de la moda de hombre, pero hay que reconocer que sus diseños parecen más apropiados para estar en un museo que para verlos por la calle.
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Publicado por
Patata