El rock de Ronnie Spector

Si hay una mujer imposible de obviar en la historia del rock’n’roll, la música negra y los «girl-groups» ésa es Ronnie Spector. Después de varios años sin publicar un LP (su último trabajo fue el EP ‘She Talks to Rainbows’ en 1999) más clásica que nunca vuelve con ‘The Last of the Rock Stars’. Desde la primera escucha de este disco me dio un vuelco el corazón. Con él podemos dar un paseo por las raíces del rock’n’roll sin abandonar el sonido que caracterizó a una de las bandas más emblemáticas del pop femenino de los años sesenta, The Ronettes. Con una voz algo quebrada -es lo que tienen los años- la que fuera esposa del audaz, pero taaaan conflictivo Phil Spector, nos deleita con un pop clásico y guitarrero que, de lo casi perfecto y atemporal que es, nos transporta a cualquier época desde que se inventaron las guitarras eléctricas.

En ‘The Last of the Rock Stars’ encontramos deliciosos solos de guitarra, coros y percusiones que inevitablemente llevan la impronta del sonido Spector o del hijo de éste, el sonido Ramones. Las colaboraciones y aportaciones son de verdadero lujo: ‘All I Want’ y ‘Work Out Fine’ con Keith Richards a la guitarra en la primera y a las voces también en la segunda, la genial ‘Ode to L.A.’ de The Raveonettes, las voces de Patti Smith en ‘There Is an End’ o las de Joey Ramone en ‘You Can’t Put Your Arms Around a Memory’. Espectacular la versión del casi himno de los Ramones ‘Here Today, Gone Tomorrow’. Se me hace imposible creer que a alguien no le haga levantarse y ponerse a botar. Quizá la más floja para mí es ‘Girl From the Getto’, la versión de ‘Girl from the Gutter’ (Kina, 2000), para la que Ronnie ha adaptado la letra a lo que fuera «su guetto» -el Spanish Harlem de los años cincuenta-, que parece no encajar del todo con el estilo global del disco.

En el interior del libreto un repaso a toda la carrera de la Ronette más famosa en multitud de mini-imágenes que nos muestran desde la Ronnie más sexy y minifaldera, a la imagen de mujer luchadora y madura de los últimos años. Pero siempre con ese toque pícaro que no ha perdido con el tiempo que hace que, oyendo su voz, con cada woh, woh, baby, baby y cada golpe de pandereta, se nos parta el corazón como la primera vez que escuchamos la desesperada petición del ‘Be My Baby’. A mí ese momento me cambió la vida. Si os pasó algo parecido no dejéis de oír este disco, os va a encantar. 8

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Publicado por
Angèle Leciel