Pequeña Miss Sunshine

Hay veces en las que, sencillamente, la ficción supera a la realidad. Esto pasa en ‘Pequeña Miss Sunshine’, la nueva película de Jonathan Dayton y Valerie Faris, que cuenta la historia de una familia nada convencional que se va en furgoneta a un concurso de misses infantiles. Hasta ahí todo normal, pero lo mejor son las características de cada uno: el abuelo es un heroinómano al que acaban de echar de su residencia por tomar drogas; el padre es un bobo que se cree su propia historia sobre cómo ser un ganador aunque sepa que él es un perdedor; la madre es la típica mujer ahogada por su vida que se intenta refugiar en su familia; el tío es el experto número uno en Proust de los Estados Unidos y tiene tendencias suicidas; el hermano es un adolescente que no habla y que odia a todo el mundo y la niña es una gafotas que -la verdad- pone mucho empeño en todo lo que hace, a pesar de no ser la típica niña que ganaría este tipo de concursos.

La película en sí es perfecta. Se trata, claro está, de una road movie, y todo en ella es hilarante: las escenas, los diálogos y sobre todo los continuos choques entre personajes. Steve Carell, el actor que encarna al tío, está simplemente sublime y su humor negro hace que, directamente, te desternilles en cada una de sus frases. El adolescente, por ejemplo, escribe en su libreta cosas como «Ve y abraza a Mamá» o «Por favor, no te suicides mientras duermo». Sorprende además ver lo fan de Nietzsche que es y cómo tiene incluso un póster de él en su habitación. Pero lo mejor de la película es que debajo de todas esas risas, se esconde un mensaje realmente triste: esa diferenciación que se hace en la sociedad -y no sólo en la norteamericana- entre ganadores y perdedores.

Hay otra cosa importante: la película carece de moralina, aunque hay una escena en la que crees que te van a soltar el típico speech dramático, cargado de moralejas filosóficas y lacrimógenas, pero no. Falsa alarma, porque al final se convierte en una escena más en la que terminas partiéndote de risa. Y por cierto, qué miedo esas niñas que se presentan a los concursos de belleza infantiles, que parecen barbies tamaño mini y que tienen madres jamelgas que suspiran por lo que ellas no pueden tener. Como siempre, a pesar de lo triste del mensaje final de la película, te das cuenta de que hay algo que es peor, y que encima es real. Si te aburrió el humor facilongo de ‘El diablo viste de Prada’, ‘Pequeña Miss Sunshine’ te encantará. 9,5.

Los comentarios de Disqus están cargando....
Share
Publicado por
Lolo Rodríguez