Lo peor de todo es que las escenas de violencia (el 100% de las que componen el filme) son puramente gratuitas y no añaden nada a la trama. Bueno, no añaden nada a la trama porque, simplemente, no la hay. El argumento es inexistente, no existe identificación con los personajes y no te da pena verlos morir porque ni los conoces. Esta película es, sin duda, pura bazofia que utiliza la violencia gratuita de una historia real como reclamo, convirtiéndose así en dos horas repletas de carne cortada por motosierras, cuerpos desollados y desmembrados, vísceras y mucho, mucho ketchup. Esto sólo es desagradable durante una hora y cuarto, porque los siguientes 45 minutos estás tan harto de verlo que ya no te sorprende, así que te empieza a entrar la risa (verídico).
Bueno, voy a ser un poco indulgente, que no es para tanto. La película tiene, eso sí, toques de cine de vanguardia y golpes inéditos que no hemos visto nunca, a saber: 1) la chica va corriendo por el bosque y el malo detrás con la motosierra, hasta la chica se tropieza; 2) en el momento de máxima tensión de la película, alguien inesperado y que todos creíamos que estaba muerto, grita el nombre de la chica, que se desconcentra y no puede vengarse del que será su asesino; 3) la chica consigue escapar en un coche y… ¡oh prodigio! el asesino aparece en el asiento de atrás. Moraleja: si escapas de un serial killer y decides coger un coche, comprueba siempre que no está sentado en el asiento trasero. Pese a lo que podáis pensar, no, esto no son ironías para hacer gracia ni guiños al espectador (o al menos a mí no me lo parecieron).
No vayáis a verla, es pura bazofia. 2