Pocas veces se ha visto una colaboración musical más desastrosa que la que podéis ver a continuación. De hecho, yo ya la iría prenominando para los Enemigos del año que viene a la Peor Colaboración porque está a la altura de muchas otras que han tenido ese dudoso honor, como la de Paulina Rubio y Miguel Bosé.
Este despropósito tuvo lugar el pasado domingo 27 en el mismo Rockefeller Center de Nueva York, y quienes lo perpetraron no fueron otras que Lily Allen y Debbie Harry con la banda de ésta, Blondie. Están cantando esa canción que es hit seguro en cualquier discoteca, ‘Heart Of Glass’, aunque para el caso podrían estar cantando ‘Paquito El Chocolatero’ porque eso que gritan se parece tanto a una cosa como a otra. Empieza Debbie desafinando de mala manera y cambiando por el morro la melodía de la canción. No puedo evitar destacar el estilismo de quien fuera una de las mujeres más atractivas de finales de los ’70-principios de los ’80; ahora es una señora que tenía que estar poniéndose bien de cremas de L’Oréal de las que anuncia Jane Fonda y menos botox, porque se le está quedando el rostro como de cera. El pelo parece más el de algún tipo de vampiro pasado de fecha que el de una ex musa del punk. Los bailes… Debbie Harry debería apuntarse a mantenimiento porque está en muy muy mala forma.
Por su parte, Lily físicamente está bien, en su línea, y sus gafas son otro must de temporada (montura blanca), pero está destrozando la canción como si fuera una triunfita más. Además, ¿qué le pasa en el tono? Suena extrañamente chillona y, claro, desafinada.
Vaya engendro de dúo, pero esto no es lo peor: atentos al público, esas madres de clase media americana con sus hijos. Al menos no han hecho esta pan-to-mi-ma con ‘Atomic’, mi canción preferida de Blondie.