Los Planetas venden 30.000 copias. Y colocan sus discos en las listas de lo mejor del año de la RDL, el Go y el Mondo Sonoro. Esto ha sido y va a ser así siempre, hagan ‘Una semana en el motor del autobús’ o ‘Contra La Ley de la Gravedad’, se repitan o no, metan paja o no, metan ripios en sus canciones o no. Por otro lado, evolucionen o no, la gente a la que no le gustan por la voz de J o porque «yo y el noise nada que ver», tampoco tiene ganas de darle una oportunidad a un disco suyo, por mucho que se comente.
Alcanzado su techo creativo y comercial, a un grupo así sólo le quedan dos vías: hacer el máximo número de buenas canciones o evolucionar. Evolucionar tímidamente, porque por mucha milonga que nos vendan, el grupo siempre sonará a sí mismo, y el que crea que han evolucionado que escuche los discos de Primal Scream, de Radiohead o de los Cardigans.
Sin embargo, parece que añadiendo una pequeña dosis de nuestro bonito folclore, el grupo ha encontrado una forma de salir airoso de ese estancamiento creativo que les ha llevado a no sacar disco por primera vez en un año par desde 1994, a afrontar unos rumores de separación que sonaban cada vez más convincentes, o a encontrarse con foros en los que, ahora sí, que en su momento, no, se reconocía que el disco anterior era una mierda, del que apenas se salvaba la excelente versión de Bambino y un par de canciones sueltas.
Lo mejor de ‘La Leyenda del Espacio’ no lo encontramos en el single, ‘Alegrías del incendio’, probablemente escogido por estar a medio camino entre el sonido típico del grupo y ese nuevo ramalazo flamenco que tan bien sienta a sus clásicas letras rabiosas y canallas, asquerosas y vengativas, y que siempre han triunfado en sus directos. ‘Reunión en la cumbre’ o ‘Deseando una cosa’ tienen mucho más gancho pero seguramente no han sido seleccionadas porque el grupo ya ha hecho una veintena de canciones muy similares.
La decisión es un acierto. El disco cuenta así con un par de gemas pop con las que disfrutar en la intimidad, además de con lo que parece un bonito resto ligeramente orquestado del ‘Autobús’ llamado ‘Sol y sombra’; mientras que en el grueso encontramos ese interesante deje flamenco que inunda estructuras (‘La que vive en la carrera’), el subtítulo de los temas (‘Fandangos’, ‘Granaínas’, ‘Soleares’), el mismo título del disco, que es un homenaje a Camarón, las letras («Eres bonita y no te has casado») e incluso la voz algo quebrada de J.
A mí no me va a enganchar, principalmente porque hay alguna que otra canción de esas de no oír nunca más (‘Negras las intenciones’; el homenaje a Sideral cantado por Enrique Morente, a pesar de que la letra es bonita, me parece un poco excesivo), y menos después de que Sr Chinarro haya hecho lo mismo pero en pop; pero como concepto, los granadinos parecen haber encontrado la horma de su zapato.
Calificación: 6,5
Temas destacados: ‘Reunión en la cumbre’, ‘Si estaba loco por ti’, ‘Sol y sombra’
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