Quienes sigan mis recetas sabrán que, salvo contadas ocasiones, no me gusta complicarme, que aunque me encanta cocinar soy demasiado vaga para estas cosas. La compota de manzana es algo muy sencillo de preparar y muy socorrido para vestir diversos platos. Aparte de ser un postre en sí mismo, vale de acompañamiento de otros postres (flanes, bizcochos, crêpes, tartas…) y para todo tipo de asados de carne.
Ingredientes:
– Manzanas reineta (2-3 manzanas por persona)
– Un limón
– Azúcar
– Canela en rama
– Agua
Preparación:
Se cogen unas cuantas manzanas reineta, se pelan y trocean. Se exprime el limón y se disuelve el zumo en un poquito de agua. En una cacerola se ponen las manzanas troceadas, la ramita de canela y el zumo. Se deja cocer a fuego lento. Se añade una cucharada sopera de azúcar por cada manzana (un poquitín más si te gusta muy dulce) y se va removiendo. Si no hay canela en rama vale canela en polvo.
Se retira del fuego cuando se vea que la textura es la adecuada.
Se deja enfriar en una fuente… y listo para tomar.