El debut de Sia en la dirección venía acompañado de una polémica importante respecto a la representación del autismo, además de unas pésimas críticas por parte de la prensa especializada. Los Globos de Oro, en uno de sus típicos arrebatos de mamarrachismo absoluto, tuvieron la desvergüenza de nominarla a mejor película comedia o musical y a Kate Hudson a mejor actriz en la misma categoría (¿de verdad la vieron?). Por otro lado, los Razzie le han hecho justicia entregándole el premio de peor directora, peor actriz y peor actriz secundaria (Maddie Ziegler), si bien el de peor película se le ha escapado en favor del documental ‘Absolute Proof’. De lo que no hay duda es de que la película es digna de reconocimientos: es prácticamente imposible hacer algo peor.
La cinta sigue a Zu, una joven irresponsable recién rehabilitada de alcoholismo que de repente se ve en la obligación de hacerse cargo de su hermanastra Music, que tiene un grado severo de autismo. No hace falta tener demasiados conocimientos sobre el tema para darse cuenta de lo ofensiva que puede resultar la forma en que se representa el trastorno. También que Sia, por mucho que ella diga lo contrario, no se ha documentado lo suficiente como para tratar el tema desde la sensibilidad y el conocimiento. Con esto no quiere decir que las intenciones de la cantante no fueran las mejores, de hecho, al contrario: ‘Music’ es tan bienintencionada como tremendamente torpe. Y no solo en su problemático retrato del autismo, también por todo lo demás.
Narrativamente la cinta es un absoluto desastre, combinando su sonrojante trama de vocación realista con números musicales imaginados por Music en forma de videoclips (exactamente del tipo que uno puede esperar de Sia) que no aportan nada ni dejan muy claro su porqué. Y las canciones no son precisamente obras de arte, sino que más bien repiten de manera desganada lo que lleva haciendo la cantante ya desde hace demasiados años.
Tras verla, la polémica sobre la elección de una actriz fuera del espectro autista para interpretar al personaje o no queda simplemente en anécdota. A nivel de calidad cinematográfica –que es lo que en realidad nos importa-, hubiera dado exactamente igual, porque Sia convierte a su personaje en un simple obstáculo para el crecimiento de Zu, su verdadera protagonista. En la película no hay ni rastro de ese cariño y respeto del que tanto ha hablado por redes hacia la comunidad autista. Maddie Ziegler hace el más absoluto de los ridículos cada vez que aparece en pantalla, pero la culpa no es de ella, porque literalmente nadie hubiera sido capaz de levantar un personaje tan mal construido. Al final, ‘Music’ acaba centrándose en una burda historia de amor repleta de estereotipos y clichés que ensombrece el tema que supuestamente parece importarle. Kate Hudson hace lo que puede por ofrecer una interpretación decente, pero cuando todo lo que le rodea está tan mal, no tiene nada a lo que agarrarse.
Ahora que muchos cantantes están dirigiendo sus propios videoclips (a menudo supervisados, co-dirigidos y muy asesorados por gente con experiencia), parece que todo el mundo es capaz de ponerse al mando detrás de las cámaras. ‘Music’ es la muestra perfecta de que no es así y ojalá sirva para prevenir que se produzcan más cosas como esta. La dirección de Sia es televisiva y chapucera, plagada de recursos narrativos de brocha gorda que convierten el dramatismo de la historia en una comedia involuntaria para reírse a carcajada limpia. Y eso es lo mejor que se puede decir de la película, que entre todas las cosas lamentables que suceden en pantalla, al menos te puedes reír de ella.