Como decíamos, el otro punto punk de Centella son unas letras directas y a menudo agresivas, que (quizá como mero divertimento) muestran una cara insospechadamente violenta, al menos líricamente. Bajo una carcasa naif, Padi guarda mensajes tan explícitos como «Si me lo vuelves a hacer / sufrirás consecuencias» (‘Amenaza’) o «Patadas bravas contra todo lo que se oponga» (‘Patadas Bravas’). Aunque la palma se la lleva ‘Puñetazo’: «Ahora que estás aquí muerto / puedo aprovechar para darte un puñetazo / Nunca he dado uno bien dado / A ver si te parto el labio». Fin.
También hay lugar para el sexo («Yo le deseaba porque era varonil / Y sus formas me estimulaban» en ‘Electrodoméstico’) o la cotidianeidad («Los cambios de temperatura me sientan fatal / No puedo entrar en verano en ningún centro comercial» en ‘Temperatura’), aunque donde es especialmente demoledora es reflexionando sobre las relaciones sociales («Sácame a bailar deprisa o me quedaré en este banco a la deriva», canta en ‘Deriva’).
Los once temas de rock minimalista (la constante instrumental son las guitarras de Padi y las baterías de Dani Descabello -componente de Tarántula-) pueden mostrarse algo irregulares en conjunto, merced a algunos cortes flojos como ‘Alturas’, ‘Patadas Bravas’ o ‘Que te callaras’. O quizá es que su gusto por el feísmo es demasiado desconcertante. Sin embargo, hay canciones con un increíble gancho pop que las hace verdaderamente adictivas, como ‘Electrodoméstico’, ‘El Hervor’, ‘Amenaza’, ‘Deriva’ o su autohimno ‘Rayo Globular’, que pueden sonar en repeat incansablemente, convirtiendo sin esfuerzo esos diecisiete minutos de escucha en cuarenta. Una propuesta única en su especie que esperamos crezca y madure.
Calificación: 6,5/10
Temas destacados: ‘Electrodoméstico’, ‘Deriva’, ‘El Hervor’, ‘Rayo Globular’
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