Si algo descuidaron Sarassas Music fueron las canciones. El grupo parecía más al servicio de las frases que Fabio, más Fanny que nunca, soltaba sin pensar encima de las bases. Llegaron a publicar un himno totalmente genial, ‘Quién es ese hombre‘, pero fue la excepción. Glamour To Kill o después Glitter Klinik, el mismo grupo pero con otra cantante, por el contrario, tenía alguna melodía bastante apañada pero no el ingenio de McNamara frente al micro. La grandeza de ‘Rock Station’ era la unión de las dos cosas: la de melodías y hits tan universales, comprendidos por todo el mundo como ‘Gritando amor’, con lo hilarante de temas como ‘Ultraceñidas’.
‘Bye Bye Supersonic’ se abre de forma desesperanzadora, tirando de frases carentes de gracia ni doble sentido, como ese despropósito llamado ‘Nostromo’. En el single ‘Celebritis’, donde McNamara antes habrían soltado un agudo juego de palabras, ahora se limitan a citar los nombres de Paris Hilton o Britney Spears. ¿Qué gracia tiene?
Por suerte, y por sorpresa, hacia la mitad del disco empiezan a aparecer melodías decentes (‘El gran caracán’) y algún divertimento como ‘España es diferent’, que recuerda al ‘Coméntele a ella’ de Chico y chica, o ‘Chica de la calle 32’ (ese «tú me haces subir y bajar» sí podría haber aparecido en ‘Rock Station’). ‘Trastorno interministerial’ sería lo más parecido del disco a una canción de verdad, lo cual nos hace pensar que si ambos se centraran un poco, dieran una vuelta a ciertos temas y dejaran los descartes fuera, todavía podrían hacer un disco un poco bueno. ¿Cuánto tiempo lo seguiremos esperando?
Calificación: 5/10
Temas destacados: ‘Trastorno interministerial’, ‘Chica de la calle 32’, ‘España es diferent’
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