Latoya asegura que la muerte de su hermano responde a una conspiración para hacerse con su dinero. Según sus propias declaraciones, la hermana de Michael afirma que «valía más muerto que vivo» y que Michael valía «más de mil millones de dólares en activos por derechos de difusión musical», lo que sería el móvil por el que Jacko habría sido asesinado. Comenta además que Michael se rodeó de un grupo de personas que le robaron más de dos millones de dólares en efectivo y joyas, que lo engancharon a las drogas y que fue obligado a trabajar hasta la extenuación, con la idea de seguir ganando dinero a su costa. Y es que, siempre según Latoya, Michael no quería dar los conciertos programados en Londres.
La hermana de Jacko no da nombres en ningún momento, afirma que ella sabía que su hermano no viviría para comenzar las actuaciones, revela algunos detalles desconocidos sobre su muerte (por lo visto murió en la cama de su médico, no en la suya como han declarado) y dice que hay algo que no encaja en la versión oficial. Asegura además que cuando se sepan los detalles de la segunda autopsia -que ella misma ha encargado- será un shock para todo el mundo. De la misma manera, confía en que se encuentre el testamento de su hermano posterior al de 2002, donde Michael expresa su deseo de que sus hijos vivan con Diana Ross, y no con su madre biológica.