Crónica Benicàssim 2009: jueves

Mientras media humanidad sigue enfadada con el cartel del FIB, los 45.000 asistentes que han agotado abonos y entradas de día se lo pasan pipa. Lo de Benicàssim no es, en realidad, comparable a nada. Playa, cámping, supermercados con el hielo agotado y gente borracha por todos los lados le dan ese ambiente de festival de verdad agotador-a-la-par-que-adictivo. Anoche, jueves (¿alguien se acuerda de lo que era el jueves del festival al principio?), se dobló la asistencia del jueves del año pasado. No cabía ni un alfiler en el recinto.


No Reply: La idea era empezar el FIB con el concierto de Anni B Sweet a las 19.50, pero la sección de viento a lo lejos en el recién estrenado escenario FIBERFIB, abierto como el Verde, llamaba demasiado la atención. Casi una decena de músicos de Madrid congregaron a un público muy numeroso y animadísimo, que no dejó de bailar sus canciones swing con ramalazos ska y a veces latinos. Su cantante, Alejandro Serrano, también a veces a la trompeta, no dejó de animar, mientras el resto de su banda, encantada, hacía lo mismo. Tienen un punto algo macarra de más, pero de momento han sido la gran revelación.

La Bien Querida: Ana comenzó su show, como es habitual, con la sequedad de la percusión de ‘Ya no’. Sus canciones nos han ido conquistando con las sucesivas escuchas durante los últimos meses, y no faltó ninguna de las importantes. Incluso sonó en vivo por primera vez ‘Actitudes espectrales’ de la famosa maqueta. Sin embargo, anoche las canciones sonaron flojas, bajas, poco contundentes. Incluso uno de los temas fue interrumpido por Ana porque no podía escuchar los teclados. Por suerte, el show remontó hacia el final, con la versión eléctrica de ‘9.6’ y la infalible ‘De momento abril’. El público pidió un bis que no se produjo. Lamentablemente, no hubo dueto con Joe Crepúsculo.

Oasis: Concentrando al 90% del público del festival, los Oasis decidieron pisar sobre seguro y ofrecer a sus compatriotas la ansiada colección de megahits. Comenzaron con ‘Rock ‘N’ Roll Star’, como siempre, y llegaron a sonar hasta cinco canciones de su primer disco: ‘Supersonic’, la canción sobre el gintonic que adoramos desde antes de hacernos fans del gintonic, ‘Live Forever’, ‘Cigarettes And Alcohol’ y, la gran sorpresa, su gran obra maestra, ‘Slide Away’. No faltaron tampoco ‘Roll With It’, ‘The Masterplan’ o ‘Don’t Look Back In Anger’. El público estaba pletórico cantando todas las letras. Era el mejor concierto de Oasis que les hemos visto. Pero el chasco llegó con ‘Wonderwall’. Después del primer estribillo, Liam Gallagher abandonó el escenario y los músicos tuvieron que parar. Noel se excusó y animó al público a seguir cantando la letra, pero no funcionó. Se marcó un estribillo de ‘Whatever’ y, cuando parecía que la cosa no iba a seguir, Liam volvió para volver a interpretar ‘Wonderwall’ entera. La sensación de «coitus interruptus» se repitió al final cuando el grupo empezó a tocar ‘Champagne Supernova’ sin sonido. ¿Quizá porque estaban ya fuera de tiempo y se lo habían cortado? Al final se lo enchufaron cuando iban por la mitad de la canción y pudieron despedirse con ‘I Am The Walrus’.

Gang Of Four: El retraso en el fin del concierto de Oasis provocó que sólo pudiésemos ver el final del show de Gang Of Four, que por suerte también actuaron con retraso. Poco público había para verlos (era fácil colocarse nada menos que en primera fila llegando el último), pero no importó. El «grupo de cuatro» triunfaba entre los asistentes con su sonido pre-Franz Ferdinand mientras su cantante marcaba el ritmo de una de las canciones golpeando un microondas con un bate de beisbol, terminando el show, como no podía ser de otra manera, lanzando el mencionado microondas a la mierda.

Glasvegas: Al término de Oasis, Glasvegas tuvieron el mal gusto de incluir en su setlist una versión de ‘Live Forever’, minutos después de que los autores de la misma la interpretaran en el mismo escenario. Decir que su concierto no gustó o no triunfó sería mentir, aunque se vio a bastante gente bostezando. Sus canciones, a medio camino entre los años 50 y ‘Twin Peaks’, tienen todas las de ganar. Su disco en su momento nos gustó. Su cantante, con sus gafas de sol puestas a las 2 de la mañana, tiene su aquel. Pero algo les falla. Es como si repitieran constantemente el mismo truco. El de añadir unos «ooooooooooh oooooooooooh ooooooooooooh» por doquier para que se te queden todas sus canciones. Y al final agotan.

Fotos: Fiberfib.com

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Publicado por
Sebas E. Alonso