«¿Los conoces?», pregunta al entrevistador. «Fueron un grupo gay de Nueva York y llegaron a ser la gran sensación del momento». James explica que los fichó para Ministry Of Sound y que empezaron a pedirles cosas como volar a Londres sólo a través de un Concorde y quedarse en hoteles de cinco estrellas. «Terminamos pagándoles 2 millones de dólares y fue como una gran nube de humo porque terminaron vendiendo como nada. Creo que vendieron cuatro o quizá cinco discos. Desde luego no llegó a diez».
No contento con esta broma (un lector de JNSP nos contó una vez que compró las cuatro ediciones especiales de ‘#1’ que había en Fnac Triangle), continúa haciendo un juego de palabras entre ‘You don’t need to emerge from nothing’ y ‘We Are Nothing’: «Su música era una mierda. Ni siquiera puedo recordar su mayor hit. ‘Somos nada’ o algo así, un completo sinsentido. Lo extraño es que de un lado estaba el hype y lo prometedores que eran y de otro toda la cantidad de dinero que perdimos».
Ahora vamos entendiendo por qué el grupo salió también de EMI sin mayores problemas y estuvo a punto de lanzar su tercer disco por su cuenta. Los únicos logros comerciales de Fischerspooner al fin y al cabo han sido colocar ‘Emerge’ en el puesto 25 de las listas británicas y su disco ‘Odyssey’ en el puesto 172 en Estados Unidos.
Gracias a Fernanda Moruno por la noticia.