En los últimos tiempos, las ventas digitales se han disparado. Pero lo han hecho sobre todo en cuanto a singles y temas sueltos. En Estados Unidos es muy fácil para una canción de moda mover entre 1 y 2 millones de copias (y por extensión de dólares), con algunos casos tipo Lady Gaga rozando ya los 4 millones de descargas con ‘Poker Face’. Números muy diferentes manejan los álbumes. Hace poco ‘Viva la Vida’ de Coldplay se convertía en el primer disco de la historia en superar el millón de descargas digitales pagadas en este mismo país, pero es claramente una excepción. En general, hay que estar todo el año en la lista de ventas para conseguir un miserable disco de oro (500.000) o de platino (1.000.000), sumando formato físico y digital.
De ahí que la industria haya movido pieza, y muy acertadamente, en el sentido de que en muchos países, son muchos los que compran el vídeo de su artista favorito en iTunes. La pregunta del millón es si esta nueva versión del disco digital se venderá también a unos 10 euros o aumentará su precio, en cuyo caso no le pronosticamos tanto éxito. ¿Quién va a pagar 15 ó 20 euros por esto?
Ya son varios los casos de álbumes que cuestan menos dinero en copia física que en digital (The Killers, Nena Daconte, Amaral) y, aunque cada vez son menos los que quieren llenar su casa de discos compactos y discos compactos, las estadísticas de momento siguen dando la ventaja al CD. Mientras que 9 de cada 10 copias vendidas de un single son digitales, sólo 1 de cada 10 álbumes vendidos es digital. De donde se extrae un mensaje claro: cuando a un fan le gusta un grupo lo suficiente como para pagar por su disco, prefiere tenerlo entre sus manos. Por lo menos a fecha de hoy.