Me revuelvo en el asiento del cine, completamente flipado, y miro a mis amigos. A él parece que los ojos se le van a salir de las órbitas. Ella tiene la boca abierta de par en par. No doy crédito: Lars Von Trier lo ha conseguido otra vez.
Ir a ver ‘Anticristo’ sabiendo poco sobre sus famosas escenas de sexo y violencia es casi imposible a estas alturas, después de la que lió en Cannes, donde a pesar de todo Charlotte Gainsbourg terminó ganando el premio a la mejor actriz. Sin embargo, sigue siendo recomendable intentarlo. Como es habitual, Lars Von Trier ha dividido la película en capítulos y en los primeros, te preguntarás varias veces por qué aparece la palabra «terror» en la sección «género» de su crítica en los medios. Hasta puede que bosteces durante esa primera mitad. Pero al final, lo entenderás.
La película cuenta la historia de un matrimonio que se enfrenta a la muerte de su hijo. Él, Willem Dafoe, es un psiquiatra afable pero un tanto distante que apenas muestra sus sentimientos. Ella, ya trastornada desde antes de la muerte del niño, será quien se resienta más. No aparecen otros personajes en ningún momento, más que a modo de extras.
Tras un prólogo estéticamente de diez, con el aria ‘Lascia ch’io pianga’ de ‘Rinaldo’ de fondo, veremos al personaje femenino sufrir de todas las formas posibles. En una escena ella le pregunta a él si lo peor está pasando en esos momentos, pero él es claro: lo peor está por llegar, aunque ninguno sabe hasta qué punto.
Las peores críticas que está recibiendo Von Trier con ‘Anticristo’ atacan los pobres resultados de sus excesivas intenciones filosóficas y sociales, que no dejan a la mujer precisamente bien parada. Lars Von Trier, que sufría depresión en los tiempos en que preparaba la película, podría haber optado por hacer un retrato de la violencia sin más, pero como en otras ocasiones, ha querido llevar sus reflexiones sobre las peores miserias humanas a lo universal al no dotar de nombre a sus personajes, situándoles en un bosque llamado «Edén» y, lo peor, titulando la película de un modo retorcido y pretencioso, rozando lo autoparódico.
Puede que sus películas estuvieran mejor consideradas si no extrapolara cada historia de terror psicológico hacia la democracia, la religión, las relaciones sociales, el bien y el mal; pero el modo en que te hace salir del cine sintiendo millones de cosas y deseando contarlas, debatirlas, contrastarlas y criticarlas es apasionante. Por eso, Lars Von Trier es uno de los mejores directores de nuestro tiempo. Por supuesto supera cualquier reto estético y formal, con guiños a David Lynch, Andrei Tarkovsky o Stanley Kubrick, pero además hace como nadie lo que tiene que hacer un artista: llevar su visión sobre el mundo a su obra. Pasarás miedo y asco, sentirás pena viendo ‘Anticristo’ o hasta te reirás si te parece lo peor. ¿A quién no le gusta el cine? 9.