Raphael en concierto: ir o no

Un porcentaje escandaloso de las canciones de Raphael habla sobre seguir con tu vida adelante al margen del «qué dirán», así que hacer una crítica de un concierto suyo alegando cosas como que cada vez es más una caricatura de sí mismo y menos un intérprete puede que no tenga ningún sentido. ¿Sigue dando miedo esa sonrisa terrorífica que gasta todo el tiempo o ya nos hemos acostumbrado a lo que parece un tic?


En cualquier caso, preparándonos para un show lleno de excesos y lo que parecen autodeclaraciones de amor «cómo me quiero» y «qué suerte tengo de ser Raphael», no podíamos rechazar la idea de verle actuar gratis en la Plaza Mayor de Torrejón de Ardoz (Madrid), este pasado sábado, y frente a una gigantesca Virgen del pueblo, a la que es raro que no se refiriera constantemente.

Raphael lleva una banda de unos 10 músicos con cuerdas, viento y piano, y aún se defiende en un escenario en el que apostamos a que se siente como en casa, interpretando sus éxitos todavía con bastante fuerza, sin que la voz le falle en casi ningún momento (y cuando sí, ahí está el público para cantar y respaldarle). ¿Se pondrá aún nervioso Raphael antes de salir al escenario? Seguro que no.

La mayor pega que se le puede poner a su set es la duración. Es loable que el tipo aguante ahí 2 horas y 40 minutazos, pero al final, resulta excesivo. Al principio escuchas con muchas ganas hasta su versión de ‘Cantares (caminante no hay camino)’, pero no hay muchas ni por nuestra parte ni por el 90% del público asistente, la mayoría en torno a los 45-80 años, de escuchar sus versiones de Alejandro Sanz (‘La fuerza del corazón) o su nueva canción, escrita por Joaquín Sabina (‘50 años después

‘).

Sin embargo, cuando interpreta sus grandes clásicos, el show es un éxito seguro. Hacia el principio aparece ‘Mi gran noche’, hacia la mitad ‘Digan lo que digan’ y un dueto con Rocío Durcal en las pantallas gigantes, ‘Cómo han pasado los años’; mientras que para el final deja el de Rocío Jurado, la genial y espectacular ‘Como yo te amo’ de Manuel Alejandro, y ‘Qué sabe nadie’. A menudo (por ejemplo durante ‘En carne viva’) recurre a un mismo truco: para la canción a la mitad, hace un enorme ademán de irse, pero se detiene, mira hacia atrás, recibe una gran ovación y vuelve a escena con la segunda estrofa de la canción. Aunque el momento estrella del show es ese en el que de una patada rompe un espejo en mil pedazos en ‘Frente al espejo’.

Cuando ya crees que te vas sin ‘Yo soy aquél’, Raphael la interpreta en el bis, aunque eso sí, en sólo una estrofa. Así que si tuviéramos que quedarnos con sólo un momento del show, sin duda sería con la interpretación, emocionante, de ‘Hablemos del amor’. En dos pantallas laterales se proyecta su interpretación en Eurovisión, y en la central, en directo el Raphael de hoy, sincronizado. Ni Madonna, vamos. ¡Grande!

Veredicto: hay que ir, pero consciente de que te enfrentas a 140 minutos de Raphael. 6.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: raphael