Además, este señor revela algo que más o menos se sabía ya: para ser rentable, y que los anuncios y los usuarios premium puedan «costear» el servicio a los usuarios gratuitos, generando además beneficios (sí, beneficios, que Spotify no es una ONG, es una empresa), la compañía sueca necesita que, al menos, entre el 10 y el 12% de sus suscriptores sean premium. En el caso de Reino Unido y España se está muy lejos de ese porcentaje porque hay demasiados usuarios.
Pero una de las cosas más interesantes que ha dicho Rob Wells, el responsable de todos estos datos nuevos (aunque algunos ya nos los olíamos) es que Spotify ya se ha convertido en el cuarto partner digital en términos de ingresos, imaginamos que sólo superado por gigantes como Google (por Youtube), Apple (por iTunes) o Amazon, que también vende formato digital. La expectación de momento frente a los suecos es total, porque hay dos datos más: Spotify ya supera a iTunes en Suecia y, el más importante, durante la primera mitad de este año se lanzará Spotify en el vastísimo mercado estadounidense.
Estamos en condiciones de decirlo: Internet ha matado a la música.