Grabado de nuevo con la ayuda de Peter Katis entre el estudio que la formación tiene en este lugar y los Tarquin Studios de Bridgeport, Connecticut, el nuevo álbum de The National sigue recorriendo la autopista del rock oscuro y melancólico que emociona sin tener que echar mano de demasiadas florituras, con las dosis justas, más desgarrador que preciosista.
Asimismo, las letras vuelven por terrenos desoladores, hablándonos de lo más triste de la condición humana, tal y como canta Matt Berninger en ‘Sorrow’, el segundo corte («Sorrow found me when I was young, sorrow waited sorrow won») o en ‘Afraid Of Everyone’ («With my kid on my shoulders I try not to hurt anybody out loud, but I don’t have the drugs to sort it out»). Lo que tal vez diferencia a ‘High Violet’ de los dos discos anteriores es que las canciones son algo más tranquilas (sobre todo en comparación con ‘Alligator’) y no hay momentos desquiciados como ‘Mr. November’, pero sigue habiendo energía, solo que canalizada de otro modo como en la citada ‘Terrible Love’, que inicia el disco de manera magistral, algo que el grupo ha sabido hacer muy bien también en ocasiones anteriores: una canción intensa, que crece y crece según pasan los segundos.
Lo que ocurre es que parte de la rabia se ha transformado en melancolía, algo que no es malo en absoluto, y que no es nuevo en la trayectoria de la banda, recordándonos álbumes previos a esta «trilogía», como ‘Sad Songs For Dirty Lovers’ (2003). En definitiva, en el estudio han vuelto a cumplir y con creces en un disco genial desde la primera canción hasta la última y en el que no se pierde el interés en sus poco más de 45 minutos. Lo deseable sería que no se vuelvan a olvidar del público español en su nueva gira.
Calificación: 9/10
Lo mejor: ‘Terrible Love’, ‘Sorrow’, ‘Little Faith’, ‘Bloodbuzz Ohio’.
Te gustará si te gustan: Spoon, Tindersticks..
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