Podrían ser nuestras propias reflexiones ante el miedo (¿o auténtico pánico?) que supone lo desconocido (‘El lobo’), el volver a tropezar sobre la misma piedra (‘Desorden’) o cosas no menos trascendentales como el aburrimiento que puede producir un compañero demasiado elocuente (‘Lo que hay que oír’).
‘Una forma de hablar’, el tema que da título al LP, se acerca a las distintas visiones que podemos tener de las cosas, pesimismo vs. realismo, ilusión vs. optimismo, la búsqueda de un estado mejor, la búsqueda de la calidad, a medio camino entre la sorna y el «te estoy hablando en serio». La genial ‘Rima con canción’ recrea un escenario cabaretero en el que se asumen las virtudes y los defectos en una falsa decadencia que precisamente es la que da la fuerza y la esperanza para salir del agujero, airosa y con la cabeza bien alta, eso sí. Además, encontramos en ‘Una forma de hablar’ grandes canciones para encoger el corazoncito como ‘Invisible’ o la preciosa ‘La nana del agua’ («ya no sabes dónde ir, yo no sé donde mirar, de la pena que me da verte así»).
La voz de Rodés, versátil y directa, por momentos te susurra, y tan pronto aparece grave y contundente como se vuelve aguda y etérea (como en ‘Escondite’). Recuerda a una Christina Rosenvinge, con menos idas y venidas y más cercana al encantador mundo de las asturianas Pauline en la Playa. Coproducido por Ricky Falkner (de Standstill), ‘Una forma de hablar’ es uno de esos discos fetiche que se abrazan al pop a través del folk y que, como los cantautores de siempre, te hacen reír con las pequeñas miserias y verdades del ser humano.
Calificación: 8,5/10
Lo mejor: ‘Rima con canción’, ‘Una forma de hablar’, ‘Desorden’, ‘Invisible’
Te gustará si te gusta: Christina Rosenvinge, Pauline en la Playa, el pop de autor minimalista
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