Primavera Sound 2010: viernes

El viernes del Primavera Sound constantó el llenazo en el Fòrum, con conciertos como el de los Pixies en los que no cabía ni un alfiler. La lluvia parecía que iba a destrozar de nuevo todos los cuidados flequillos de las decenas de miles de asistentes, pero por esta vez nos libramos. Wilco se enfrentaron a graves problemas de sonido en el festival, Pixies triunfaron y otros, como Yeasayer, decepcionaron.


Owen Pallett: El canadiense se presentó solo, con su violín, teclados, pedales y un señor que de vez en cuando le ayudó con guitarra y percusión ante un público que tuvo que madrugar mucho para ver al hombre orquesta. Nunca antes habíamos visto tanta gente dirigirse tan temprano al Fòrum, y la gran cola de entrada al Auditori a las cuatro de la tarde nos hacía presagiar lo peor, pero al final conseguimos entrar con el concierto ya empezado, justo para escuchar uno de los temas con el que lo conocimos, el ‘This is the Dream of Win & Regine’. Y menos mal, que su actuación fue impecable. Salió airoso del despojo que tuvo que hacer a los temas de ‘Heartland’, ya que no contaba con el respaldo de una orquesta y nos hizo recordar lo grandes que son temas de sus anteriores discos: ‘He Poos Clouds’, ‘Many Lives -> 49mp’, ‘The CN Tower Belongs to the dead’… Lo más flojo fue la versión que hizo del ‘Odessa’ de Caribou, pero es que ya avisó que era la primera vez que la interpretaba. Éxito, ovación y público en pie para despedirlo. iko.

A Sunny Day In Glasgow: Pese a su nombre, no son de Glasgow, sino de Philadelphia, y desde allí trajeron al escenario Pitchfork su dulce y atmosférico dreampop influido por clásicos del género como Slowdive o Cocteau Twins. Sus dos vocalistas femeninas, una principal y otra haciendo coros, son muy probablemente la clave del encanto del grupo. Gracias a ellas temas como ‘The White Witch’ te dejaban boquiabierto. Y por si eso fuera poco, lanzaban camisetas al público, ¿quién no va a querer camisetas gratis? quietmansmiling.

The New Pornographers: Es innegable que ver a esta banda sin dos de sus dos principales fuerzas compositoras, Neko Case y Dan Bejar, parece un poco descafeinado. Pero la solidez y engranaje del grupo de Vancouver y, sobre todo, sus canciones, son algo más que un mero entretenimiento. El repertorio se centró, lógicamente, en las canciones que en el reciente ‘Together‘ canta Carl Newman (dedicó ‘Your Hands (Together)’ al recientemente fallecido Ronnie James Dio), intercalando ases como ‘My Right Versus Yours’, ‘Sing Me Spanish Techno’ o ‘The Slow Descent Into Alcoholism’. Y ojito con Kathryn Calder, que ya ha pasado de ser solo la sobrina de Newman y sustituta en vivo de Case a brillar con luz propia. En agosto publica su primer disco. Raúl Guillén.

Best Coast: Bethany Cosentino pareció ser mejor compositora que entertainer. Con aparente desgana, seguramente agotada en la que era ya la última fecha de su gira europea, se dedicó a desgranar una tras una las (bonitas casi todas) canciones de sus numerosos singles, apenas interactuando con un público que asentía complacido pero sin aspavientos, más sorprendido por la estética death metal de su inseparable guitarrista Bob. En cualquier caso, ‘So Gone’, ‘That’s The Way Boys Are’, ‘When I’m With You’ o ‘Sun Was High (So Was I)’ supieron a gloria a esas horas de la tarde. Raúl Guillén.

Nueva Vulcano: Lo que le faltaba al engrasadísimo directo del trío de Barcelona era un evento como el Primavera Sound para que sus temazos sonasen como mandan los cánones. Y así fue, con un sonido perfecto, y a gusto como nadie al jugar en casa, Artur, Wences y Albert, ayudados por Marc Clos a la percusión, teclado y vibráfono, dieron un concierto de diez, en el cual repasaron la mayor parte de su discografía (incidieron sobre todo, como es natural, en los temas del excelente ‘Los Peces De Colores’, su último álbum), EP’s incluidos. quietmansmiling.

Spoon: Esperadísimo el regreso de los de Austin a nuestro país, ya con ese estatus de gran banda que se han ido ganando a pulso, disco a disco. Los de Britt Daniels supieron trasladar con sorprendente fidelidad el complejo sonido de ‘Transference‘, haciendo crecer exponencialmente temas como ‘The Mistery Zone’, ‘Nobody Gets Me Like You’ o ‘Got Nuffin» y regalando un magnífico show en el que casaron riesgo y comercialidad con total naturalidad, marca de la casa. Quizá solo pueda echárseles en cara que rehuyeran diametralmente sus discos previos a ‘Gimmie Fiction’, lo cual probablemente tampoco les sirviera para captar advenedizos. Gran concierto, de todos modos. Raúl Guillén.

Beach House: Esta actuación fue la que parecía confirmar que el recinto ha podido alcanzar su capacidad máxima. La pista frente al escenario ATP, su grada y la explanada que precede el acceso se encontraban completamente atestadas de público (esta vez no engañaba la perspectiva cuesta abajo), que ocupaba incluso la zona de vegetación del lateral izquierdo. Ver para creer. Si la mitad del público (bien es cierto que era británico en una gran proporción) que se concentró para presenciar el show de Victoria Legrand y Alex Scally

se comprara los discos de Beach House, el mundo sería un lugar mejor en el que vivir. Los de Baltimore ofrecieron además un pedazo de show con un gran sonido que permitió que Legrand luciera su voz y presencia escénica. De verdad, es que todavía pienso en aquella marabunta coreando ‘Used To Be’ o ‘Norway’ y me tengo que pellizcar. Raúl Guillén.

Wilco: Un lamentable incidente en el sonido de la primera canción, curiosamente ‘Wilco’, hizo que no sonaran la mitad de los instrumentos de la banda y, pese a que intentaron proseguir como si nada, el grupo se vio obligado a parar, claro. Me imagino que para cualquier músico de cierto estatus esa debe de ser su pesadilla más recurrente. Y lo peor es que en su última presencia en el festival, en 2007, también empezaron con problemas de sonido. Esto deslució inevitablemente el show, pero Jeff Tweedy tiene unas tablas que no cabían en el escenario e inmediatamente dijo: «Bueno, chicos, mientras esto se arregla, cantemos todos juntos». Y se arrancó con su guitarra con ‘Jesus, etc.’, consiguiendo la comunión total con el público, el tío. Y con los problemas de sonido solventados, imparables e inigualables como siempre. Raúl Guillén.

Les Savy Fav: Tim Harrington es toda una bestia sobre el escenario, o más que sobre el escenario fuera de él, ya que el cantante de Les Savy Fav pasó más tiempo entre el público o sobre éste, que en ningún otro sitio. Apareció de la nada, vestido de hombre de las nieves (o algo así) y a partir de ahí se desató la locura post-punk. Con los técnicos de sonido al borde del colapso nervioso, Tim se fue de paseo con el micro y se recorrió enterito el ATP. Ya despojado del disfraz, enseñó cacha, escupió, se pintó y se encaramó a la estructura del escenario, mientras la gente seguía poseída por la locura y los técnicos le pedían que se tranquilizse un poco. ‘Patty Lee’ y ‘The Equestrian’ fueron celebradísimas. iko.

Panda Bear: Noah Lennox no vino festivalero. Con pocas referencias al gran ‘Person Pitch‘ (sonó ‘Ponytail’, ¿verdad?) y puntuales concesiones rítmicas, su set estaba más orientado a la búsqueda del drone que otra cosa. Posiblemente su inminente nuevo álbum vaya más por esos derroteros, que parecen más apropiados para un Auditori que para un escenario abierto cerca de la medianoche. Raúl Guillén.

Marc Almond: A pesar del pánico que producía pensar en un setlist basado en las canciones de su disco de nanas rusas, Marc Almond salió al escenario Ray-Ban a callar bocas. El ex vocalista de Soft Cell hizo gala de la teatralidad que siempre le ha caracterizado y dio un concierto equilibrado en formato de banda, que incluía a Neal X de Sigue Sigue Sputnik. Sonaron canciones de varias etapas de su carrera, incluyendo dos temas nuevos que estuvieron muy bien. Dejó para el final dos clásicos de Soft Cell, como son ‘Tainted Love’ y ‘Say Hello Wave Goodbye’, y cerró un concierto para nostálgicos y reviejos del pop entre tanto muro sónico y ruidos varios. Flat Eric.

Cold Cave: De negro, protegidos por tres teclados y un baterista, los americanos hicieron un show de electrónica sucia retro ochentera en el que parecía que Ian Curtis había vuelto a la vida. Recargaron las baterías en el ecuador del festival a los asistentes, que parecían conocer todos y cada uno de los temas que estaban interpretando. iko.

Pixies: Una nueva visita de estas periódicas giras in-it-for-the-money de los de Boston no resultaba demasiado apetecible a priori, con tantas bandas por descubrir y disfrutar. Pero hubiera sido un craso error perderse su, de nuevo, demoledor e incontestable espectáculo, un hit tras hit con un sonido superior. Black cantando impertérrito y Deal con una indeleble y enorme sonrisa en la cara, Santiago a lo suyo y Lovering pegando como una mula. ¿Suena aburrido? Pues fue una jodida delicia culminada con una charla aparentemente amigable entre Frank y Kim mientras llegaba el bis, desmintiendo aquel rumor de que no se hablaban. Frank, por cierto, es el que tiene las tetas más grandes. Raúl Guillén.

Yeasayer: Se confirmó el hype. Su tema ‘Ambling Alp‘, que fue el encargado de promocionar esta edición del San Miguel Primavera Sound, lo dejaron para el final como el éxito que todo el mundo estaba esperando, pero la propuesta pijo-hippy-con-mac sonó a estafa a medio gas. Entre los temas de sus dos discos, intentaron parecer antisistema criticando la publicidad de Ray-Ban colgada a ambos lados del escenario, pero cuando uno va hecho un pincel, no tiene mucha credibilidad. iko.

Fotos: Primavera Sound.

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