Lidia Damunt + Hidrogenesse: El folk a lo Woody Guthrie que habitualmente practica Lidia sufrió una inesperada mutación con Hidrogenesse como banda de apoyo. Guitarra eléctrica, sintetizadores y una marciana puesta en escena dieron un curioso giro a temas habitualmente acústicos como ‘Echo A Correr’, ‘Ocho Caballitos De Mar’ o ‘Museo De Historia Natural’. No se sabe si esta colaboración fue algo excepcional o si va a tener continuidad en un disco o gira, pero sin duda es una interesante perspectiva de la música de la murciana. quietmansmiling.
Real Estate: Martin Courtney, otrora miembro de Titus Andronicus, fue uno de los encargados de abrir el último día del festival con Real Estate, su actual proyecto, en el escenario comisionado por Pitchfork. Su pop añejo, soleado, de día de playa, iba bien conjuntado con el tiempo que estaba haciendo en la última jornada. A veces recuerdan a los Byrds, a veces recuerdan a Fleet Foxes, y con alegres y agradables canciones como ‘Beach Comber’, lograron que los asistentes comenzaran la tarde con una cara sonriente, como a quien le ha sentado bien una siesta después de comer. quietmansmiling.
Michael Rother & Friends Present NEU! Music: Esta es una de las razones por las que el Primavera Sound es un festival de asistencia obligatoria para los amantes de la buena música en este país. Los que tuvieron el buen criterio de elegir acercarse al ATP a las siete de la tarde fueron los que más cerca estuvieron de ver a los seminales NEU! en concierto. Con la triste desaparición de Klaus Dinger en 2008, se alejaba para siempre la posibilidad de una gira de reunión. Así que parece un milagro que el otro miembro, el guitarrista Michael Rother, haya dedicido reavivar los temas de su vieja banda. Y quién mejor para sustituir a Dinger que el genial Steve Shelley (Sonic Youth). El bajista Aaron Mullan completaba esta formación de amigos que comenzó su recital con ‘Hallogallo’, primer corte del primer disco de la banda. Una hora de atmósferas hipnotizantes para recordar durante el resto de nuestras vidas. El sonido motorik sigue vivo. quietmansmiling.
Sian Alice Group: La figura de Sian Ahern destacaba desde bien lejos llegando al ATP, con una llamativa minifalda roja que ni en ‘Pierna creciente, falda menguante‘. La música de la banda de Londres tiene muchos factores para poder molar: es post, pero también un poco pop, con subidones de intensidad a merced de la agradable voz de Sian. En sus canciones a menudo parece que va a ocurrir algo y, sin embargo, ese algo no acaba de llegar. O quizá es que la tarde calurosa no era el mejor momento para sus aires más bien nocturnos. Raúl Guillén.
Florence + The Machine: Servidor dijo en su crónica del concierto de Florence Welch en Madrid de hace algunas semanas que tenía la sensación de que la británica se podría desenvolver mejor en un gran escenario. Y me equivoqué, más o menos. Es cierto que una gran parte del público conectó con los teatrillos de una autora de ‘Lungs‘ vestida de ninfa del bosque. Es indudable que tiene talento y buenas canciones a las que no cuesta engancharse, y que sabe ganarse al público. Pero debería plantearse seriamente aprender a modular su voz, a llevar el compás correctamente si se dispone a tocar un timbal para dar fuerza a una canción o no llegar tarde al micro cuando deambula en escena. Además, el sonido de The Machine estaba absolutamenete supeditado al bombo de batería, que tapaba el resto de instrumentos de una manera muy desagradable. En fin, que perdió una buena oportunidad para ganarse el respeto del público más exigente y no solo agradar, sin más. Raúl Guillén.
The Drums: Con gran expectación recibió el público a The Drums en el escenario Vice. Podríamos decir que el grupo con más actitud y pose suscitó el interés de la cuota lectora de revistas de tendencias y moda. Pero The Drums no son solo actitud. Su cantante, Jonathan Pierce, derrochó histrionismo, energía y magnetismo en el escenario con sus bailes y su estilismo, pero sin dejar de lado el aspecto serio, tocaron singles que ya son temazos como ‘Let´s Go Surfing’, ‘I Feel Stupid’, y ‘Best Friend’, con ese regusto a Joy Division y The Smiths. Un auténtico espectáculo de festival. Flat Eric.
Grizzly Bear: Los cuatro componentes del grupo actuaron en fila: Chris Taylor, Ed Droste, Daniel Rossen y Chris Bear se dispusieron a lo ancho del escenario por si quedaba alguna duda de que esto ya no es sólo el proyecto que Ed comenzó. El tema con el que abrieron fue ‘Southern Point’, y a partir de ahí mezclaron la quietud con el ruido guitarrero para que en ningún momento la atención de los asistentes se despistase. Fue una sorpresa que su single más conocido, ‘Two Weeks’, lo tocasen en medio del repertorio y puesto ahí, muy sabiamente, hicieron ver que tienen temas muy grandes como ‘Ready, Able’, ‘While You Wait for the Others’ o ‘Knife’. En los juegos vocales estuvieron perfectos y hasta la gente que cayó por el Ray-Ban sin saber qué estaba viendo, salió de mejor humor. iko.
Built To Spill: Con una serie de álbumes intachables y un directo solvente, decantarse por Built To Spill era una apuesta segura, algo que confirmaba la aglomeración que había en la zona del escenario ATP a la hora de su actuación. Aparentemente el sonido fue adecuado desde el principio, pero Doug Martsch no debía de pensar eso, y los constantes parones entre canción y canción en los que daba instrucciones al técnico rompieron un poco el ritmo del concierto. Pese a todo, el repertorio estuvo bien elegido, con temas de la talla de ‘Hindsight’, ‘Goin’ Against Your Mind’ o la genial ‘Carry The Zero’. quietmansmiling
.No Age: Uno tenía clavada la espinita de no haber disfrutado tanto como esperaba en la actuación del dúo de Los Angeles en este mismo evento, en 2008. Se mostraron mucho más hechos que en su primera visita al festival y con un sonido más certero merced a la feliz incorporación de un teclista que hacía mucho ruido, que da libertad a Randy Randall. Pese a que la voz del batería Dean Allen Spunt se perdía a veces, hicieron un buen concierto con la máxima eficacia que sirvió para que unos cuantos se lanzaran al crowd surfing mientras ellos escupían con rabia sus ‘Teen Creeps’, ‘Losing Feeling’ o ‘You’re A Target’. Con todo, estos recintos quizá no sean los más apropiados para su cañón de fuzz, que parece más definitivo en las distancias cortas. Raúl Guillén.
Matt & Kim: Después de verles en bolas paseando por NYC, había bastante expectación por ver a Matt and Kim en el que según dijeron era su primer concierto en España. Y hay que ver qué ganas y qué entusiasmo le pusieron. Ella a la batería y él al teclado (y a veces encima de ellos), no necesitaron más para poner el escenario Vice del revés. Tocaron ‘Leasons Learned’, ‘Daylight’, y ‘Yeah Yeah’, entre otras, a cada cual más rápida, en una fórmula sencilla pero muy resultona. Para el final dejaron la macarrada de tocar ‘The Final Countdown’ de Europe. Un concierto realmente disfrutable con grupo y público entregados a partes iguales que sirvió como buen prewarming para los platos fuertes de la noche. Flat Eric.
Sunny Day Real Estate: Si todos nuestros grandes héroes de los 90 se están reuniendo, SDRE no podían ser menos. Se disolvieron a principios de los 00’s con un excelente disco, ‘The Rising Tide’, que pasó desapercibido para muchos, así que esta reunión es casi de justicia poética. Ver a Jeremy Enigk, Nate Mendel y compañía de nuevo juntos fue toda una alegría, y más cuando sonaron ‘Seven’ e ‘In Circles’ de su álbum de debut, ‘Guitar and Video Games’ de ‘How It Feels To Be Something On’ o ‘The Ocean’ de su último LP, lo que llevó al público a la locura, coreando verso tras verso a viva voz. Mendel lo vivía sobre el escenario como hacía tiempo que no se le veía con Foo Fighters. quietmansmiling.
Gary Numan: La actuación de Gary Numan, que salió acompañado de toda una banda vestida de negro, nos estaba recordando que el electro-rock no es cosa de cuatro mamarrachas. Lástima que se viera seriamente perjudicada porque un retraso de media hora provocó que muchos se dedicasen a pitar y otros se fueran a Pet Shop Boys, con quienes terminó coincidiendo casi por completo. iko.
Dum Dum Girls: Tías buenas con estética de pin-up gótica, minishorts, raso y terciopelo y medias de blonda negras con peep-toes. Como salidas de un reportaje de revista de tendencias, estas cuatro angelinas epataron con su espectacular imagen (¡si hasta tienen batería oriental, como está mandao!). Pero es que además tocaron y cantaron estupenda e incansablemente una tras otra las buenas canciones de su álbum debut ‘I Will Be’, con un sonido magnífico y confirmando lo que venían apuntando ya. Solo se les podría haber pedido que alguna vez hubieran perdido un poquito la compostura para poder comprobar que no se trataba de unos jodidos androides. Divinas. Raúl Guillén.
Pet Shop Boys: Neil Tennant y Chris Lowe bordaron su paso por el Primavera Sound. Tal cual vimos en el Pandemonium Tour, su puesta en escena fue perfecta, con unos cubos que movían por el escenario, proyecciones coloridísimas, cambios de vestuario y coreografías, no solo de ellos, sino también de los cuatro coristas y bailarines que los acompañan. La selección de temas fue impecable, en la que hicieron un repaso a toda su gran carrera que comenzó a mediados de los 80 y con la que han demostrado que son los reyes del pop europeo: ‘Heart’, ‘Love etc.’, ‘Go West’, ‘Being Boring’, ‘New York City Boys’, ‘Se a vida é’, ‘It’s a Sin’… Hasta una Dusty Springfield gigante apareció en las pantallas para cantar su parte de ‘What Have I Done To Deserve This’. El público, que no era muy joven precisamente, celebró todos y cada uno de los temas del show y porque lo hemos leído, que si no cualquiera diría que ese mismo día Neil había estado convaleciente por una intoxicación alimentaria. iko.
The Field: Inesperadamente, Axel Willner no llegó solo al escenario Pitchfork. Batería y otros dos músicos que alternaban bajo, guitarra, teclados y portátil acompañaban al de Estocolmo en escena. Si en sus álbumes ya utiliza puntualmente instrumentos convencionales, en directo se vale de ellos para dar una nueva dimensión a las atmósferas repetitivas de joyas como ‘The More That I Do’, ‘A Pawn In My Face’ o ‘Over The Ice’, acompañadas por unas ingeniosas proyecciones en las que un sencillo truco de escalas y superposiciones hacían ver a un hombre gigante paseando por la bahía de San Francisco o usando una central térmica como percusión. Los escasos cambios de acorde eran celebrados por el numerosísimo público con un regocijo descomunal, aunque las exageradas ganas de fiesta y el consumo de sustancias hacían pensar que allí se estaba haciendo calimocho con un Rioja reserva del 95. Que supo, sin ninguna duda, riquísimo. Raúl Guillén.
Health: Si en sus actuaciones en el Primavera Club nos dejaron con la boca abierta literalmente por la fuerza de su directo y por un sonido que dejaba a la gente despeinada, en el escenario Vice sonaron a unos Health varias veces fotocopiados y apagados. No se entiende cómo en un concierto suyo, en primeras filas, se podían oír claramente las conversaciones de ligoteo de varios guiris. Nadie salió con los tímpanos destrozados y esos guiris no consumieron sus cuerdas vocales, que era lo que en verdad tenía que haber ocurrido. Algunos de los asistentes se dedicaron a jugar al crowd surfing para gran cabreo del personal de seguridad y el concierto terminó con un regusto amargo de decepción por lo que podía haber sido. Gran pena. iko.