Por mucho que pase el tiempo y que hayan decidido retomar su etapa más power-pop en vivo, en este nuevo disco suman y siguen donde lo dejaron, con los dulces y soleados tonos llenos de melodías y coros sixties que comenzaron a escucharse en ‘Grand Prix’, perfeccionaron en el gran ‘Songs From Northern Britain’ y continuaron plasmando en el celebrado ‘Howdy’ y en su último disco hasta la fecha. Para alegría de sus seguidores, el grifo del talento sigue bien abierto, y la cosa pinta muy bien desde el comienzo con la enérgica ‘Sometimes I Don’t Need to Believe in Anything’ y su estribillo, donde la sección de cuerda te lleva en distintas direcciones, elevándote a la vez que sigue hacia delante. Continúa la excelencia en ‘Baby Lee’, el pegadizo single, la reflexiva ‘The Fall’ y la saltarina ‘Into the City’. Y hay más donde rascar en las (nuevamente) reflexivas ‘Dark Clouds’ y ‘The Past’.
En la segunda mitad tal vez no nos encontremos con canciones inmediatamente adorables, pero merece la pena esforzarse y agudizar el oído, porque la recompensa está a la vuelta de la esquina, y ‘Shock & Awe’, ‘When I Still Have Thee’ (la cual recuerda por momentos a las melodías vocales de Simon & Garfukel) y ‘Sweet Days Waiting’ son buena prueba de ello. La banda de Glasgow sigue en estado de gracia, facturando otro buen álbum, cómo no, lleno de melancolía, y que seguramente amenizará muchos atardeceres veraniegos de ahora en adelante.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Sometimes I Don’t Need to Believe in Anything’, ‘Baby Lee’, ‘Into the City’, ‘Sweet Days Waiting’.
Te gustarán si te gustan: Pernice Brothers, The Byrds, Big Star
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